Voces Anonimas



Ya llegó Voces Anonimas con su tercer ciclo y nuevos mitos,historias,leyendas y cosas inesplicables en el uruguay!





Versión 1
Una tarde de otoño, hace muchos años, una joven mujer decide salir a pasear por el Parque Rivera. A pesar de un viento frío y cortante que hacía gemir a los árboles y sumía al parque en la más absoluta soledad, la chica decide salir y llevar consigo a su bebé, que había tenido en condición de soltera.Estando en vísperas de su boda la joven se aventura en el parque, por entonces más agreste que ahora y mostrando los resultados de recientes lluvias. Se la ve bordear el lago junto a su niño, mientras el viento arrecia con fuerza, desapareciendo de la vista. La futura novia, sin embargo, no regresará por ese sendero.Al día siguiente encuentran su cuerpo inerte en el lago del parque, sin rastros del paradero del pequeño. Cuenta la historia que desde entonces, en las noches brumosas y tristes del otoño, puede verse a una joven vestida de novia en los alrededores del lago. Camina sola y llora desconsoladamente, mientras clama por un bebé que perdió hace mucho tiempo.




Versión 2
Hace mucho tiempo, en los inicios del mismo Parque Rivera, vivía una pareja en una casa contigua al lugar. Un miércoles 9, mientras marido y mujer se hallaban fuera, unos ladrones irrumpen en la casa. El esposo llega antes que terminen su faena y los sorprende in fraganti: desesperados, los delincuentes le quitan la vida con un cuchillo. Cuando intentan esconder el cuerpo sienten los ruidos provocados por su mujer, que vestida de blanco llega a la casa.Se esconden detrás de una puerta y observan cómo la joven, aterrada, descubre el cuerpo de su marido. Mientras la mujer llora desconsoladamente sobre él, los ladrones, decididos a todo, llegan por detrás y la ajustician de igual manera. Para ocultar las huellas los delincuentes arrojan los dos cuerpos en la laguna del parque.Desde entonces, los vecinos de la zona comentan que todos los 9 de cada mes se oyen extraños llantos y quejidos que provienen de la laguna, en el lugar donde los cuerpos de los infortunados amantes fueron arrojados.





Un relato de la desgraciada historia de una niña de nueve años y su perro y el escalofriante suceso que envió a esta pobre niña al manicomio.

La citada historia le sucedió a una niña de 9 años, hija única de padres de gran influencia en la política local; esta niña tenía todo lo que hubiese querido y deseado una niña normal con buena educación, pero con una soledad incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del ámbito político, y la dejaban sola.

Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande (esto para que cuidase a la niña cuando creciera), pasaron los años y la niña y el perro se volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra los padres fueron a despedirse de la niña; el perro, ya acostumbrado a dormir con la niña, se postraba abajo de la cama.

Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo, ya aproximadamente como a las 2:30 de la madrugada, un fuerte ruido la despertó, eran como rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro) y lo hizo y entonces ella se tranquilizó y durmió otra vez.

Cuando ella se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con letras rojas. Cuando se acercó, vio que era un rastro de sangre que decía así:

"No sólo los perros lamen".

Entonces dio un grito de terror al ver a su perro crucificado en el suelo de su habitación.

Se dice que cuando los padres la encontraron ella no hablaba de otra cosa más que de "¿quién me lamió?" y decía el nombre de su perro, se volvió loca y hasta la fecha está en un manicomio y sus padres, tratando de olvidar lo que hallaron en el cuarto y a su hija, se fueron al extranjero.

Y la incógnita más grande es: según los que fueron a investigar al cuarto de la niña, el perro ya estaba muerto, es decir crucificado en el suelo, desde hace horas. ¿Quién le lamió la mano a la niña debajo de la cama?





Hace muchos años, en Montevideo, vivía una familia muy rica que tenía una hija llamada Clara García de Zúñiga (Clarita).
En determinado momento, Mateo García de Zúñiga (el padre de Clarita) acordó con un caballero, muy importante y adinerado, entregarle la mano de su hija a cambio del acceso a su círculo de amigos.Clarita, sólo tenía 9 años, e incapás de oponerse al acuerdo, al cumplir 14 años contrajo matrimonio con Jesús María, el cual tenía 36. Al principio todo iba bien. Clara lo acompañaba a todos los eventos y bailes sociales. Pero luego Clara empezó a definir su caracter cómo mujer, y empezó a manifestarse más independiente y menos recatada que antes. Comenzó a asistir a reuniones y eventos sola, y cómo esto no era normal en esa época empezó a correr el rumor de que tenía amantes.
Uno de los amoríos más recordados, fue el que mantuvo con Ernesto de las Carreras.Tan apasionado fue el vínculo, que Clara desidió convivir con él. Se fueron a vivir en una vieja casona ubicado dónde hoy es el barrio del Prado.
A partir de entonces, la vida de Clara no transcurrió con normalidad. Corrían muchos rumores sobre su infidelidad, incluso cuándo quedó embarazada se dudaba de la identidad del padre.
La familia de Clara, convencida de que Clara había perdido la razón, decidió declararla loca y manejar su fortuna. Ordenaron construir un altillo en la casona, para encerrar a la joven. En realidad el altillo era una prisión, si lo veías desde afuera parecía tener ventanas, pero en realidad apenas tenía unas rendijas por dónde pasaba la luz.Claríta pasó allí hasta los últimos días de su vida, mientras su familia disfrutaba de la fortuna.
Actualmente, en esa casona, se encuentra el Museo de Bellas Artes Juan Manuel Blanes, en el cual ocurren muchas cosas extrañas.
Los empleados cuentan que cuándo llegan por la mañana al museo, los cuadros están colgados en diferente orden que el día anterior, hay una pared en la cual no se pueden colgar cuadros porque se caen, y las empleadas no se animan a bajar solas al sótano para ir al baño.
Estas no son las únicas cosas misteriosas que ocurren, el resto, están vinculadas a un retrato que Blanes pintó de Clara cuándo era pequeña. Mucha gente dice haber visto los ojos de Clara moverse mientras ellos pasaban, y una vez que fue un colegio de visita, una niña se puso a llorar, y dijo que había visto a una niña llorando y a un hombre malo gritándole. A parte de eso, no es por gusto que el retrato esté ubicado en el hall de entrada del museo, sino que cada vez que lo cambian de lugar pasan accidentes, hasta que lo devuelben a ese lugar. Lo mismo le pasa a quien toque el cuadro.
Por estas razones se cree que el espíritu de Clara García está aún en ese lugar. Y cabe destacar que es uno de los personajes más famosos de todo Montevideo.

Espero que les haya gustado.

Saludos




El programa “La llorona del Parque Rivera”, emitido en el ciclo 2006 de Voces Anónimas, impactó tanto a los televidentes de Montevideo que acto continuo comenzaron a llegar por mail a la producción del programa una gran cantidad de mensajes que daban cuenta de encuentros semejantes con el espanto. Uno de ellos, enviado por un televidente, presentaba caracteres tan interesantes que Voces Anónimas creyó conveniente llevarla también a la pantalla, haciendo en su programación 2008 una secuela de la historia anterior. En esta oportunidad, el argumento principal refiere la anécdota de unos amigos que, decidieron hacer una apuesta para comprobar la veracidad de todo lo que habían visto en el programa exhibido en Voces Anónimas sobre la llorona. Así que decidieron internarse una noche en las penumbras del parque Rivera, ignorando el peligro que los esperaba agazapado entre los árboles.